Historias de éxito | Roxana Melgarejo

Como terapeuta, conocí a Katie, que había estado luchando contra una ansiedad severa durante años. Estaba afectando su vida social y le resultaba difícil manejar las tareas cotidianas.
Juntas, trabajamos en el desarrollo de habilidades de afrontamiento como atención plena, técnicas de respiración y reestructuración cognitiva. El progreso de Katie fue lento pero constante y, con el tiempo, comenzó a desafiar sus pensamientos ansiosos ya confrontar sus miedos.
Fue gratificante verla ganar confianza en sí misma y en sus habilidades. Un día, Katie me contó emocionada que se había unido a un club de lectura y lo mucho que se divertía. Fue conmovedor verla disfrutar de su vida social y vivir la vida en sus propios términos.
Ayudar a clientes como Katie a encontrar esperanza y tomar el control de sus vidas es lo que hace que mi trabajo como terapeuta sea tan gratificante.

Cuando conocí a Cecilia, ella tenía problemas severos para dormir y durante el día tenía ataques de pánico que le hacían sentir que podía morir por una sensación de aceleración cardíaca y ahogamiento.
Le expliqué que sólo la respiración e intentar relajarse no es suficiente para calmar su cuerpo y con técnicas de consciencia plena y regulación corporal encontró la manera de calmar estos síntomas y confiar más en su capacidad para autorregularse. Logró dormir, ordenar su ritmo biológico y dejar las pastillas.
También aprendió que tenía otros estresores de su vida cotidiana y de pareja que le habían hecho entramparse en una constante ansiedad. Pero en terapia pudo trabajar esa ansiedad y otros aspectos personales y de pareja que habían estado generando emociones contenidas.
Ayudarla en corto tiempo no fue sólo el resultado de mi trabajo, sino de su compromiso en asistir y realizar todas las técnicas fuera de la hora de sesión.

Sofía inició terapia porque tiene un sentimiento profundo de tristeza que se ha incrementado con los años.
Al averiguar sobre su estado actual aparentemente no hay algún evento que haya ocasionado esto. Revisamos su historia de vida y descubrimos que tenía fuertes heridas de abandono y falta de afecto por circunstancias familiares que había vivido. Todo esto le ayudó a entender porqué a veces le es tan difícil sentirse bien al lado de su mamá y hermanas. Incluso entendió como esto viene afectando la relación con su pareja.
La terapia de esquemas nos ayudó a identificar el origen de su depresión y logró sanar las heridas de su niña interior a través de técnicas orientadas a sanar traumas emocionales de la infancia.
Logró entender lo que le pasa pero lo más importante es que ahora sabe cómo conducir sus relaciones en el presente. Tiene una relación más sana con su mamá, hermanas y pareja. Sabe poner límites y comunicar lo que siente y lo que necesita.

Diego llegó a terapia sumamente desmotivado, había perdido la esperanza de cambiar su futuro porque no podía concretar planes importantes en su vida.
De niño fue diagnosticado de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y desde siempre pensó que tenía una limitación para aprender y enfocarse en los trabajos.
La terapia logró mejorar su atención con técnicas cognitivas y de Mindfulness, pero también le ayudó a mejorar el concepto que tenía de sí mismo con la ayuda de métodos para dejar de procrastinar y organizar su tiempo en base a objetivos de corto y largo plazo.
Actualmente ha mejorado su desempeño en el trabajo y a la vez, puede disfrutar de su tiempo libre sin culpa de no estar siendo productivo todo el tiempo.