Roxana Melgarejo
Psicóloga Clínica
La terapia psicológica es una forma de tratamiento que ayuda a las personas que lidian con problemas emocionales o de salud mental utilizando diversas técnicas y estrategias para mejorar su bienestar. Las ventajas de la terapia psicológica son numerosas e incluyen mejoras en el estado de ánimo, mejor manejo del estrés y la ansiedad, mayor autoconciencia, mejor comunicación, mejores relaciones sociales, aumento de la autoconfianza y mejores habilidades para la toma de decisiones. Durante las sesiones de terapia, el terapeuta trabaja con la persona para identificar sus problemas y objetivos, y luego utiliza diversas técnicas, como la terapia de conversación, la terapia cognitivo-conductual o prácticas de atención plena, para ayudarlos a obtener una mayor comprensión y desarrollar mecanismos de afrontamiento. La frecuencia y duración de la terapia pueden variar según las necesidades individuales, y ofrece un espacio confidencial y seguro para que las personas exploren sus sentimientos y emociones, desarrollen resiliencia y trabajen hacia una vida satisfactoria con el apoyo de un terapeuta capacitado.
La terapia en lÃnea ofrece varios beneficios, como la accesibilidad para personas que pueden vivir en áreas remotas o rurales, la conveniencia de programar sesiones y la flexibilidad de elegir el modo de comunicación que funcione mejor para el individuo. La terapia en lÃnea puede ser especialmente útil para aquellos que se sienten cómodos expresándose a través de la comunicación digital, y aún asà brinda un tratamiento y apoyo efectivos.
La duración de la terapia depende de las necesidades y objetivos especÃficos de cada persona, asà como del tipo de terapia que se esté utilizando. La terapia a corto plazo enfocada en problemas especÃficos puede llevar a cambios positivos en cuestión de semanas o meses, mientras que en otros casos puede ser necesario un tratamiento a largo plazo para abordar problemas más complejos o duraderos.
Se trata de una terapia a corto plazo para trabajar en el cambio de problemas conductuales y emocionales a través del cambio del sistema de pensamiento de cada persona.
Es un tipo de terapia que trabaja los problemas emocionales en la edad adulta que provienen de experiencias negativas durante la infancia y adolescencia. Ayuda a descubrir patrones de vida y a cambiarlos para prevenir que tengan repercusiones en la relación con uno mismo y con los demás.
Es un enfoque que integra tres aspectos: neurobiológico (cómo funciona nuestro cerebro), trauma (situaciones que nos dejan una herida emocional) y apego (cómo nos vinculamos desde la infancia hasta el presente).
Ayuda a personas que tienen problemas moderados o graves asociados con la depresión o ansiedad y que también tienen dificultades en sus relaciones familiares, de pareja y sociales.